Están dispersos por todo el Valle de Itria como refugios rurales para el ganado y los aperos agrícolas, pero la mayor concentración de trullos se encuentra en Alberobello: el centro histórico de esta ciudad cuenta con más de 1.500, casi todos en perfecto estado de conservación. En 1996, los trullos de Alberobello fueron incluidos por la UNESCO en la Lista del Patrimonio Mundial como ejemplo notable de arquitectura espontánea integrada en un contexto urbano y paisajístico de enorme valor histórico.
Los trullos, entre historia y leyenda
¡Según algunos estudios, los trullos surgieron en el siglo XIV como estratagema para no pagar impuestos! El Rey de Nápoles había dictado un tributo para cada pueblo nuevo que se edificara. El Conde de Acquaviva, señor feudal de la zona, acordó con los colonos que no utilizaran mortero para unir los bloques con los que construían sus viviendas, ya que de este modo mantenían el aspecto de una construcción provisoria, fácil de demoler y por tanto no imponible. independientemente de cual sea su origen, los trullos no son en absoluto precarios: su estructura, aunque carente de elementos de apoyo y acoplamiento, posee una extraordinaria estabilidad y muestra el empleo de unas técnicas especialmente ingeniosas.
Un arte que se transmite de generación en generación
La construcción de los trullos fue confiada a los maestros trulleros, que transmitieron este arte de generación en generación durante siglos. La planta es prácticamente circular. Los muros están formados por una pared interna y una pared externa hecha con bloques de piedra calcárea. Entre las dos paredes hay una cámara llena de tierra y piedras. Esta solución, junto con el espesor de los muros y la escasa presencia de ventanas, permite en el interior una óptima termorregulación que garantiza calor en invierno y frescor en verano.
Los tejados también están formados por una doble capa: un revestimiento interior de losas calcáreas llamadas "chianche" colocadas en series concéntricas cada vez más pequeñas, que culminan en una clave de bóveda, y un cono exterior impermeable compuesto por losas más pequeñas llamadas "chiancarelle". Cabe destacar la ingeniosidad de la presencia de una cornisa que sobresale del tejado utilizado para la recogida del agua de la lluvia en unos aljibes.
Símbolos y misterios
Encima de las cúpulas destacan dos inmaculados pináculos decorativos, con la función de mantener alejados los espíritus malignos y las influencias negativas. En los tejados se encuentran a menudo dibujados con ceniza blanca símbolos relacionados con la religión o con la tradición popular.
Los trullos no son tan solo una herencia del pasado: visitar la estupenda Alberobello significa entrar en contacto con una tradición antigua que sigue caracterizando a toda una comunidad. Italia.it
Más información en www.viaggiareinpuglia.it